El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

sábado, 19 de septiembre de 2009

Valientes y perdonavidas

Desde que me decidí a mantener esta página, una de las mayores satisfacciones que me ha brindado ha sido el hecho trabar conocimiento con otras personas que me han ido enriqueciendo con sus comentarios, al las que apenas conozco virtualmente y con las que a veces se coincide y otras se disiente, pero por las que acabas profesando un indudable aprecio.

En contadas ocasiones, aparece algún “intrépido” comentarista que se limita a verter improperios y descalificaciones. Da la casualidad de que estos “bravos” jamás facilitan una identidad, ni siquiera virtual, prueba inequívoca de su infamia y cobardía. Hace poco, uno de estos “osados” dejaba un comentario en la página de mi buen amigo virtual Tato, y, poco después, sin duda tras leer mi respuesta, en la mía.

Estimado Sr. Anónimo, tiene Ud. la ocasión de desvelar su identidad y probar que es usted una persona y no una inmunda, cobarde, rastrera, repulsiva, deleznable y asquerosa cucaracha. O, como sin duda va a ocurrir, de confirmar, una vez más, lo evidente.

3 comentarios:

Er Tato dijo...

Lamento de veras que tras tu comentario en la taberna,- comentario que, por otra parte, te honra-, el moscón haya decidido tocarte a ti también los cojones.

Yo, personalmente, no les hago mucho caso y les dejo que se retraten ellos mismos. A lo sumo les respondo en plan irónico la primera vez y después los ignoro. Ni siquiera borro sus comentarios para que el escarnio público se prolongue en el tiempo. Es probable que les dé igual, pero tengo el convencimiento de que cada vez que alguno de mis parroquianos lee alguna burrada de éstas, lo pone a parir mentalmente y se compadece de él. Para mí eso es suficiente.

Por cierto, ha vuelto por la taberna, pero no pasa nada. Ya se cansará. El mejor desprecio es no hacer aprecio.

Un fuerte abrazo

Julio dijo...

Los anónimos cobardes como perros, al carajo, JUan Carlos. No sé si me explico...

Juan Carlos Garrido dijo...

tato, Julio:

Gracias por vuestro apoyo, amigos. La mayor miseria, y a la vez la mayor grandeza, de este medio es que cualquiera puede dejar sus comentarios.

No me resulta particularmente lesivo este tipo de actuaciones; de hecho, he añadido esta entrada para hacerla "visible", ya que la había dejado "oculta" en una vieja entrada y pienso que lo mejor que se puede hacer con este tipo de infamias es hacerlas públicas.

Saludos a todos.