La novela “La vida en las ventanas” le sirvió al jovencísimo y archigalardonado Andrés Neuman para hacerse con el puesto de finalista del premio Primavera en el 2002, un certamen que, para hacer honor a la verdad, no cuenta con una de las mejores reputaciones, sí con una de las más cuantiosas remuneraciones.
Es indudable que los pocos más de veinte años con los que contaba el autor se hacen patentes en el libro, que, en esencia, versa sobre la vacuidad existencial y las familias desestructuradas, ambos temas recurrentes en escritores primerizos, como se puede constatar a nada que uno se aventure en la lectura de las obras que concurren a un certamen cualquiera. En ocasiones, se evidencia que al autor le ha costado horrores completar las doscientas páginas escasas que integran el volumen, pues te encuentras capítulos enteros repletos de descripciones innecesarias (como el episodio de la visita al centro comercial), o un mismo tema abordado varias veces con enfoques apenas diferentes. Aun así, la lectura del libro resulta fácil e hipnótica, y uno debe quitarse el sombrero ante el resultado que el joven escritor ha sabido extraer a tan escasos y trillados elementos argumentales.
El uso del lenguaje es lacónico y casi esquemático, paradigmático de taller de escritura que sigue las últimas modas y similar a los escasos textos del autor que había podido leer por la web, muy diferente a ese estilo barroco y prolijo (más propio de Félix J. Palma o J.M. de Prada) que citaba Juan Antonio en su blog en referencia a su última novela, y que admito me sorprendió sinceramente. También cabe destacar que el libro está redactado en género epistolar, en forma de una serie de correos electrónicos que el protagonista le remite a su exnovia.
No me cabe duda de que Neuman será un gran Escritor, con mayúscula, incluso es posible que ya lo sea, pues este libro data de ocho años atrás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
No he leído nada de él, quizás algún dia me anime con alguna de sus novelas.
Un abrazo
Pues parece ser que goza de más prestigio como cuentista.
Saludos.
Publicar un comentario