El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 20 de mayo de 2010

Queremos tanto a Glenda

A pesar de que el cuento que presta su nombre al volumen casi parece obra de Borges (una especulación intelectual de las que tanto le gustaban a su paisano, que a un servidor le trae a la cabeza “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”), la compilación refleja a la perfección la esencia de Cortázar en su apogeo, un muestrario de sus obsesiones y elementos recurrentes. Leyéndolo, no resulta difícil intuir por qué la narrativa actual, muy en particular la breve, le debe tanto.

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