El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

domingo, 5 de febrero de 2012

Los tres Monos Sabios



No ver, no oír, no decir (Mizaru, Kikazaru, Iwazaru), parecen ser las nuevas consignas de este PSOE condenado a largos años de travesía del desierto. Han azuzado la jauría sobre Rodríguez Ibarra por afirmar una obviedad como que Chacón es Zapatero con faldas, y todos los apóstoles de la corrección política de su partido, que son legión, clamaban por hacer sangre en el maltrecho cuerpo del extremeño.
No en vano, ya afirmamos aquí que la ex ministra estaba en el cargo por reunir los únicos méritos de ser mujer, joven y catalana, las tres minorías más de moda en el partido desde que ZP purgase a buena parte de la vieja guardia felipista, a la que pertenecía el superviviente Rubalcaba.
Parecía seguro que esta política vacua y estridente, que hace del hecho de pertenecer a las tres minorías antes citadas su única razón de ser, acabase saliendo ungida del congreso sevillano, tanto como que no sobreviviera a la más que probable derrota en las próximas citas electorales a causa de la nefanda memoria que han dejado  impresa en el subconsciente colectivo los dos gobiernos Zapatero, a los que no hemos de olvidar perteneció tanto como Rubalcaba.
Todas estas seguridades se desvanecen y es Rubalcaba quien sale victorioso de Andalucía, algo sorprendente, sí, pero no podemos ignorar que a los congresistas les han dado a elegir entre lo malo y lo peor, o entre dos presentaciones de un mismo plato, aunque a mí me gustaría imaginar que la causa han sido los gritos de Ibarra, el único que se atrevió a denunciar la desnudez del emperador.
Hagan su trabajo, podencos, y arrójense sobre los dirigentes populares, que no han de faltarle pantorrillas que morder entre cargos nacionales, municipales y autonómicos, incluso sobre los que se atrevieron a manifestar públicamente su apoyo a Chacón. Eso sí, No arremetan Uds. contra Ibarra. Admito que a menudo abusa de la demagogia y en demasiadas ocasiones se parece a ese Séneca de bar que no falta en cada pueblo, que sobre todo dicta sentencia y sienta cátedra, si bien es uno de los escasos políticos que transmite sinceridad y el único que nos divierte sin excepción.

4 comentarios:

J. G. dijo...

pero te ha faltado decir al final: "...sin excepción, aunque se repita más que la morcilla de caldera."

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

El "Bellotari" Ibarra es mi ídolo de siempre, por lo menos claro lo ha dicho todo y siempre.
Saludos

Juan Carlos Garrido dijo...

Jesús:
Quizá porque no he tenido el gusto de catar la morcilla de caldera.

Rafa:
Al menos, no transmite la impresión de estar hablando en un idioma diferente o de un país diferente.

Saludos.

Mery dijo...

Mas de lo mismo...o sea, de vulgaridad e inoperancia.
De nuevo por aquí, con atraso en las visitas.
Un abrazo