El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

miércoles, 14 de octubre de 2009

Predicar sin el ejemplo

Aunque alguien a quien se encarceló por sus manejos mientras estaba al frente de un banco no sea la persona más adecuada para hablar sobre la moralidad del sistema financiero, resulta esclarecedor que hasta Mario Conde afirme que se debiera “obligar al sistema financiero a devolver el crédito en condiciones normales al sistema de economía real”, una evidencia tan de Pero Grullo que resulta inconcebible que haya que repetirla un día sí y otro también.
Nadie duda que esta crisis se originara por las alegrías y excesos del sistema financiero internacional, pero el hecho de que este país ni siquiera atisbe el final del tunel no obedece más que al exceso de conservadurismo del sistema bancario patrio.
Ajeno a las evidencias, nuestro ejecutivo se limita a mirar hacia otro lado.

5 comentarios:

Er Tato dijo...

Bueno, Juan Carlos, algo han ayudado también las alegrías y los excesos de los ciudadanos.

Un abrazo

Juan Carlos Garrido dijo...

En efecto, pero los ciudadanos se han limitado a actuar en contra de la prudencia, mientras que los bancos han obrar ignorando la buena práctica profesional. Todos conocemos el caso de alguien que se acerco al banco para pedidir 300.000€ para comprar un piso y le dijeron: "Tome Ud. 400.000 y así amuebla y se cambia de coche".

Saludos.

Mery dijo...

Ha sido mucho tiempo de derroche generalizado y ahora nos toca pagar las consecuencias.
Lo que no es de recibo es que el Gobierno ande dando bandazos al tuntún, y mientras tanto, el pueblo asfixiado.

Un abrazo

Filisteum dijo...

Los bancos no dan dinero a los particulares porque el gobierno absorbe todo el crédito.

Eso hay que decirlo también.

Juan Carlos Garrido dijo...

Puede que tengas razón, si bien el comportamiento de los bancos me recuerda a alguien que se pega una buena castaña con el coche y después es incapaz de pasar de setenta.

Saludos.