El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 28 de octubre de 2010

Algo se cuece

A semejanza de la metáfora "ruido de sables", en los últimos días no dejan de escucharse tintineos de cócteles Molotov.
Sería un gran error prestar atención a este murmullo; a estas alturas, parece más que evidente que a la violencia sólo se la derrota con los activistas en la cárcel y los arrepentidos en la calle: doble, práctica y contundente enseñanza.
Desearía que el ejecutivo demostrara la suficiente sensatez (cielos, ¿les estoy pidiendo sensatez a estos?) como para hacer oídos sordos a esos cantos de sirena y seguir con la línea actual, que está rindiendo buen resultado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la violencia no la provocan (aunque quizás sí la disparan) los discursos de los pocos interesados en ella. La violencia es consecuencia de algo anterior: una situación de estrés social, una acumulación morbosa de energías. Modificando las circunstancias que provocan dicha acumulación, se lograría generar una sociedad más sana.
Abrazos,
PABLO GONZ

Juan Carlos Garrido dijo...

En este caso en concreto, se trata de "una infección oportunista", y la prueba es que no se reproduce en el resto de España donde las condiciones son idénticas.

Saludos de nuevo.