El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 9 de octubre de 2008

La tempestad de Prada

Cuesta trabajo creer que el autor de “Las máscaras del héroe” pueda ser el mismo que el de “La tempestad”; no obstante, resulta mucho más inverosímil el hecho de que la primera sea anterior a la segunda; lo más probable, porque en verdad no haya sido así: son cosas que tienen estos certámenes mercenarios y mamporreros en los que el premio es anterior a la obra.

La tempestad adolece de una total falta de coherencia interna, tanto de los personajes principales como de la historia en sí. Puede ser que esto se deba a que “Las máscaras” las creo a partir de su inmensa erudición mientras que esta obra la ha tenido que edificar a partir de su magra experiencia vital, si bien esta explicación no parece suficiente. El lenguaje de “La tempestad” es gótico, sobrecargado y cae, en numerosas ocasiones, en la afectación, forzando el lenguaje con el único propósito de parecer original.

Una historia se construye sobre sus personajes, es lo que le da intensidad y vida; para que estos sean creíbles, deben, además de respirar, transpirar: los personajes de “La tempestad” son planos e impostados como monedas de chocolate.

“Las máscaras del héroe” se publicó en septiembre1996, y escribir un libro así lleva varios años (y muchos meses de correcciones). “La tempestad“ ganó el Planeta en el 97, por lo que debió presentarlo, como muy tarde, en junio de ese año. Si tenemos en cuenta que en el 94 publicó "Coños" y en el 95 "El silencio del patinador", se ve con claridad que las cuentas no cuadran. Mi opinión personal es que Prada debió escribir este libro con apenas veinte años, cuando el mundo se le antojaba una inmensa ecuación plagada de incógnitas (ya me hubiese gustado a mí ser capaz de escribir así con su edad)

Como conclusión, se trata de un libro mediocre, por supuesto por encima del nivel (subterráneo, que diría Marsé) de Asensis y Navarros, pero muy por debajo de la capacidad del autor, que sólo por “Las máscaras” merece figurar en los anales de la literatura. Un servidor continuará a la caza y captura de los otros libros del mismo puño: no se piensen que es una empresa fácil. De momento, mi próxima víctima será"La vida invisible".

2 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

De buena tinta: Prada tenía escritas apenas las cien primeras páginas de La Tempestad cuando recibió la llamada de Lara para decirle que, si concluía en tres meses la novela, el Planeta era suyo. Eso bien puede explicar la precipitación y lo fallido de la obra.

Juan Carlos Garrido dijo...

A mi me cuesta trabajo creerlo, ya que las carencias del libro se manifiestan desde la primera página.

Saludos.