No puedo evitar que las declaraciones que ha realizado Eguiguren este fin de semana, referentes a que no descarta volver a negociar de nuevo con los de las pistolas, me colmen de desazón. Es comprensible (aunque no lo comparta en absoluto) que ZP, un iluminado a pesar de su dogmático e integrista laicismo, fuese tan iluso como para creer que con él (y su talante) la negociación fuese posible; no obstante, si después del enorme fiasco que supuso, sigue en sus trece (como por otra parte lo demuestra, a pesar de su aparente postura de firmeza, el hecho de que no haya derogado en el parlamento la ley que autorizaba a negociar a su gobierno), se demuestra que este ejecutivo está lastrado con una ceguera patológica y lesiva para sus gobernados.
Es algo tan sencillo como que con gente que no maneja otros argumentos que balas de nueve milímetros no se negocia: se les vence o permitimos que nos venzan.
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2 comentarios:
Desgraciadamante, nada nuevo bajo el sol. ¿O será otra lamentable cortina de humo para no encarar la crisis?
Ójala fuese una cortina de humo; con gusto me equivocaría (otra vez).
saludos.
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