El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

miércoles, 1 de octubre de 2008

Hasta la bandera

Lo ha dicho instituciones penitenciarias: en las cárceles españolas no cabe un recluso más. Lo siguiente que ha apuntado es que, quizás, la solución no pase por construir más cárceles, sino por buscar alternativas a la reclusión: si le preguntan a la Sra. Aído, es posible que sugiera, como terapia de rehabilitación, un taller de punto de cruz (una actividad claramente no sexista). Sebastián podría idear alojarles en los hoteles costeros en temporada baja, y así se paliariaría la crisis en nuestro emblemático sector turístico.

Lo malo de esto es que al pobre hombre que pierda trabajo y vivienda ni siquiera le va a quedar el recurso de atracar una churrería para alojarse y comer a costa del estado. Aunque lo más probable es que a este desgraciado lo metan el la celda del fondo y arrojen la llave a la alcantarilla, y a un delincuente violento y reincidente lo despachen con una terapia de reinserción y un cursillo de tasador de embudos.

Pero lo peor de todo es que, al final, en vez de acometer el problema de raíz (por qué a nuestro país acuden todos los delincuentes internacionales), nos saldrán con alguna ocurrencia tan descabellada como las que acabo de citar.

10 comentarios:

María Jesús dijo...

Hola Juan Carlos! No sé que solución puede haber para esto, espero que el sistema sepa solucionarlo. De todas formas hay reclusos que están dentro por robos de no mucha importancia, casi siempre por falta de recursos económicos. Tal vez si consiguieran trabajo para ell@s, estos no tendrían que robar para mantener a sus familias. Y estarían haciendo vida normal, muchos no merecen estar ahí adentro. A demás luego les es más difícil encontrar trabajo precisamente por su curriculum, nadie quiere contratar a ex-reclusos.

Un beso

María Jesús dijo...

Se me olvido comentar lo de los delincuentes internacionales,tienes razón. Deberían controlar estas entradas al país, bastante tenemos con los de adentro.

Juan Carlos Garrido dijo...

Me temo que la cuestión no radica tanto en controlar las fronteras, que también hay que hacerlo, como en eliminar las condiciones que convierten a nuestro país en el más atractivo para estos maleantes.

Saludos.

Mery dijo...

Pese a la seriedad del tema, no he podido dejar de reirme con tus ocurrencias.
Quizás no falten excelentes pensadores que aconsejen a nuestros políticos con el buen juicio del que carecen.
Un saludo

Mery dijo...

Quería decir "nos" falten

Anónimo dijo...

Juan Carlos, ¿por qué nuestro país? Muy sencillo: porque si te pillan, al menos en el patio de la trena habrá más días de sol que de lluvia. ¡Qué tristes deben ser las cárceles británicas o del norte de Europa! Se le quitan a uno las ganas de salir a jugar al baloncesto.

La solución parece obvia: en lugar de construir más cárceles, evitar que se cometan delitos. El cómo es lo difícil, aunque a mi se me ocurren unas cuantas cosas que se podrían probar.

Por cierto, Mª Jesús, cuando encuentres a un convicto que esté cumpliendo condena verdaderamente por robar para comer, me lo dices, que seguro que le encuentro algo que hacer. Eso sí, mal pagado y puteado, tampoco se puede pedir mucho en época de crisis.

Anónimo dijo...

a pajera abierta: Pues de momento no conozco a ningun@, pero en la vida hay de todo. Sí llego a conocer algun@, te avisaré. Le harías un favor, supongo.

Saludos

Juan Carlos Garrido dijo...

No pensaba que este tema diese para tanta polémica.

En todo caso, hay hechos que parecen estar al margen de la especulación: en Portugal, estando tan próxima a nosotros, hay muchísima menos delincuencia, por algo será.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Juan Carlos, en Portugal no te ponen tortilla de patatas ni paella en el comedor de la prisión. Si les alimentaran a base de acelgas, verías como la cosa cambiaba...

Bromas aparte, parece ser que la población reclusa inmigrante está mayoritariamente comprendida por colombianos, marroquíes y rumanos. ¿Por qué eligen España y no otro país? Bueno, parece obvio el caso de los colombianos. Los marroquíes entran por el estrecho, el camino más directo, y yendo sin papeles no es cuestión de arriesgarse a cruzar a otro país. Y los rumanos... Estos son caso aparte, porque Italia, por ejemplo, les queda más a mano, y de hecho allí tienen muchos más que aquí. Es posible que, como en Italia ya les miran con muy malos ojos, quieran probar suerte (o delincuencia) en otro país mediterráneo.

Les hemos dicho que se vive tan bien aquí que se lo han creído.

Juan Carlos Garrido dijo...

A lo mejor tiene algo que ver que si aquí te cojen, al rato estás en la calle, hasta que te salga el juicio, y así una y otra vez. Y si la condena es inferior a dos años, te despiden con una regañina y unas palmaditas en la espalda.

Saludos a todos.