4- La coedición es mejor que la autoedición.
Es notorio que todo escritor sufre un ego hipertrofiado y aspira a ver su nombre impreso en un libro, que no sea el de familia. Amparándose en estas premisas, no escasean quienes pretenden medrar (no mucho: de donde no hay no se puede sacar) a costa de la ingenuidad del pobre y sufrido emborronador de folios. Aunque, a lo largo de estos pocos años, me he topado con iniciativas de lo más exótico, como una supuesta “agencia” que pretendía cobrarte por estudiar la viabilidad de tu obra y otra que te cobraba por acceder a representarte, sin duda los modos más usuales para meterle mano a los cuartos (y a las ilusiones) del escritor en ciernes son la autoedición y la coedición, en apariencia similares pero que encierran notables diferencias. Supongamos que el coste real de imprimir tu libro sea 2.50€.
En el caso de la autoedición, la “editorial” te cobra 5€ por cada libro. Imprimes una tirada ridículamente reducida, que colocas, (sólo en parte y a base de rogar, coaccionar y chantajear a familiares, amigos y algún conocido curioso por saber qué demonios puede haber escrito alguien como tú) a un precio de 10€, con lo que tus pérdidas no son demasiado sangrantes (si editas 1000 libros y vendes la mitad te quedas en paz).
En el caso de la coedición, la “editorial” te dice que la impresión cuesta 5€, con lo que tu pagas 2.50 € y sufragas la totalidad de los costes. Imprimes una tirada ridículamente reducida, que la “editorial” coloca en media docena de librerías, que la mantienen menos de un mes, y en un par de webs. A base de rogar, coaccionar y chantajear a familiares, amigos y algún conocido curioso por saber qué demonios puede haber escrito alguien como tú, logras que se venda parte de la tirada a un precio de 10€, de los cuales 3 se van al canal de distribución y 3.50 a la “editorial”, con lo que tus pérdidas ascienden a buena parte de lo que has invertido (si editas 1000 libros y vendes la mitad pierdes 750€).
Conclusión: si no consigues que tu libro sea publicado por una editorial de verdad, posiblemente no merezca ser publicado. Déjalo que repose cierto tiempo y vuelve a corregirlo. Es cierto que te puedes permitir el capricho de editarlo (y no sale más caro que un crucero por el Caribe), pero es tirar el dinero.
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6 comentarios:
Por ahí hay mucho mamoncejo suelto, Juan Carlos. No te fíes de ellos.
Es como dices, mejor dejarlo dormir un buen rato, hasta que ese día llegue el de liberarlo.
Lo de los blogs nos permite a muchos impedir que estos libros caigan en el "nunca más"
Es muy interesante leerte.
Un abrazo.
Alicia
Si, dejarlos dormir es una buena idea. En mi caso 5 años. Ya le llegará el momento :0)
Un abrazo
Julio:
Sin duda este el país de la picaresca: hace poco, se falló un certamen al que me presentaba y que evidentemente no gané. Una semana después, la editorial que lo auspiciaba me envía un correo proponiéndome la coedición, y los tipos fueron tan perros que ni siquiera se molestaron en incluir en el mensaje mi nombre o el título de la obra (prueba inequívoca de que remitieron el mismo mensaje a todos los concurrentes).
Alicia:
Bienvenida a esta página, y celebro que te resulte interesante leerme. Es cierto que el blog presta una voz a quien quiera (y sepa) usarla, pero, por desgracia, no es una alternativa a las editoriales.
Mª José:
Tú al menos despertaste a uno.
Saludos a todos.
Pedazo de impresentables, Juan Carlos. Pero tú sabes que no te llegan a la suela del zapato, y eso ellos no lo soportan, mercaderes del templo de las musas.
Julio:
Nada de mercaderes, puro monipodio.
Saludos.
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